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Una orquídea de los Andes

siempre será sinónimo de FICFUSA

Por: Salvatore Laudicina

Fulgurante, reina absoluta de la región del Sumapaz, ningún ojo se muestra indiferente a su belleza. Vestida con los coqueteos de aquellas miradas, ella se elogia a sí misma, introspectiva, por el acto de florecer con paciencia, orgullosa de sus pétalos y la delicadeza de su tallo, dueña de una fortaleza imbatible hecha violeta hipnotizante.

Ella, la orquídea. La flor que hipnotiza, pero también un símbolo de una resiliencia sempiterna. Para entenderlo, hay que afinar el oído de la visión para escucharla declamar el poema del peruano José Santos Chocano:

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Ánforas de cristal, airosas galas

de enigmáticas formas sorprendentes,

diademas propias de apolíneas frentes,

adornos dignos de fastuosas salas.

En los nudos de un tronco hacen escalas;

y ensortijan sus tallos de serpientes,

hasta quedar en la altitud pendientes,

a manera de pájaros sin alas.

Tristes como cabezas pensativas,

brotan ellas, sin torpes ligaduras

de tirana raíz, libres y altivas;

porque también, con lo mezquino en guerra,

quieren vivir, como las almas puras,

sin un solo contacto con la tierra.

Valdría la pena preguntarse si esa fuerza es una herencia de Bachué, quien emergió de la Laguna de Iguaque, habitante de un mundo mítico que se ubicaba más allá de los páramos, en el período precolombino.

Quizá Bachué, desnuda en las aguas de la laguna, se hizo orquídea en una noche de luna llena para morar en el mundo de los mortales y obsequiarle su sabiduría. Cuanto hubiese dado Akira Kurosawa por estar allí y captar ese momento surreal y mágico.

La mente, cinematográfica por naturaleza, prosigue con su viaje al pasado y escribe silente una escena situada en la Real Expedición Botánica de José Celestino Mutis. Allí, en una Cundinamarca que transcurre entre 1783 y 1816, los ojos del médico español admiran de cerca la grandeza de mil especies de orquídeas. Cuanta fruición en aquella mirada sedienta de nuevos horizontes que la cautiven, cuanto deleite mientras los violetas seducen sus pupilas. Al fondo, la brisa acaricia sus cabellos. Tal escena es digna de un filme de Bernardo Bertolucci.

Durante el periplo, es inevitable pensar en la Ilona, creación de otro Mutis, Álvaro; llevada al cine por Sergio Cabrera. Cuan bello habría sido que una cattleya cándida hubiese estado presente en sus conversaciones con Maqroll el Gaviero, fungiendo como testigo de un amor único e inolvidable.

Es así como la imaginación nos desafía a sumergirnos en el universo intrínseco de las orquídeas y descubrir que están vestidas con una feminidad peculiar. Feminidad hecha de historia, belleza, encanto, esperanza y un nexo irrompible con el territorio.

Tal como Santos Chocano lo dice en su poema, ellas poseen un alma libre y su alma es el resplandor no sólo de Cundinamarca sino también de Colombia, tomando en cuenta que nuestro país posee 4.270 especies de ellas en sus distintas regiones.Para el Festival Internacional de Cine de Fusagasugá (FICFUSA), es un orgullo que una orquídea de los Andes sea el símbolo de un sueño de vida hecho cine, cultura y memoria que cumple 10 años.

Galardón Orquídea de los Andes por la artista Paula Gómez
Galardón Orquídea de los Andes por la artista Paula Gómez

A lo largo de esta travesía, hemos aprendido que las mujeres de la región del Sumapaz son orquídeas vivas y resilientes, optimistas y luchadoras. Sin ellas, el FICFUSA no tendría razón de ser.

También hemos aprendido que en la creatividad de los cineastas y realizadores audiovisuales que conforman la familia FICFUSA, habita ese Bachué que quizá se hizo orquídea en las aguas de la Laguna de Iguaque, una noche de luna llena, para morar en el mundo de los mortales y obsequiarle su sabiduría hecha videoclip, cortometraje y largometraje.

Lo más importante: aprendemos día a día que cada persona que conforma el equipo de nuestro Festival es una orquídea invaluable e irremplazable para el jardín de vida en el que se ha convertido FICFUSA a lo largo del tiempo. Una orquídea que florece y resplandece a medida que crece como profesional y ser humano, resultado del trabajo en equipo, la solidaridad y un objetivo en común: contribuir al crecimiento cultural de Fusagasugá y de la región.

Por esto y mucho más, una orquídea de los Andes siempre será sinónimo de FICFUSA.

  1. Fascinación por las Orquídeas | FICFUSA
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